Esta región no nos aporta tantos datos
como la Contestanía, ya que, que aunque hay menos
yacimientos, los hallazgos han sido abundantes, pero no encontrándose tan
esparcidos como ocurre en zona contestana.

La fusión de oretanos y germanos, con
contactos, aportaciones y probablemente mezclas con los carpetanos son, según
la mayoría de los autores, los orígenes de la población autóctona del área
geográfica que aquí se expresa.
La Oretania estaba situada entre las
actuales provincias de Ciudad Real, Toledo y norte de Jaén, los primitivos
pobladores de La Mancha fueron llamados oretanos por los griegos.
Y su tierra fue llamada Oretania. El término
geográfico «Oretania» aparece por vez primera en las fuentes grecolatinas que
hablan del dominio cartaginés en la Península Ibérica y en las que relatan los
comienzos de la conquista romana del territorio hispánico.
La Oretania fue una región y cultura
ibera, que en época posterior, en el siglo VII a. C. presenta
influjos celtíberos reflejados en los restos de cerámica que llegaría hasta
ellos fruto del comercio con esta región, que abarcaba la parte suboriental de
la Meseta (en torno a las ciudades actuales de Montiel, Valdepeñas y Almagro) y
la zona oriental de Sierra Morena (en torno a las ciudades actuales de Linares,
Úbeda/Baeza, La Carolina).
Los enclaves prerromanos oretanos eran
fortalezas de colina (oppidum, en la práctica auténticas ciudades-estado, que
debían organizarse en confederaciones en momentos de crisis a un Rey superior.
Aparece mencionada en distintas fuentes clásicas (Estrabón, Polibio y
Ptolomeo); narrando la fuerte resistencia de los oretanos contra los
cartagineses Amilcar Barca y Asdrubal el Bello; hasta que Aníbal Barca logró
casarse con la princesa Himilce y unir la Oretania a sus posesiones.
Orissia (actual término de Vilches) era
la ciudad principal, que dio nombre a todo el pueblo oretano u orissio, hasta
que fue exterminada por los romanos (90 a. C.). Despues, la capital de la región
fue Cástulo (Linares), y otras ciudades importantes eran Tugia (Martos), Toya
(Peal de Becerro), Ipolca (Porcuna), Iliturgi, (Andújar), Iltiraka (Úbeda),
Orongi (Jaén).
En la región septentrional; la Oretania
Germana, tenían como segunda capital a Oretum u Oretum Germanorum (Granátula de
Calatrava); y como ciudad principal el Cerro de las Cabezas(Valdepeñas), cuyos
habitantes suponían el 1% de la población de toda la Península Ibérica. También
destacaban: Gemella Germanorum (Almagro), Larcurris (Alarcos) perteneciente al
término municipal de Ciudad Real, así como Mentesa Oretana (Villanueva de la
Fuente) eran los núcleos urbanos más importantes.
Destaca la riqueza minera de la zona, que
estimuló el comercio con los fenicios y los cartagineses.
Posteriormente se convirtió en uno de los
centros de aprovisionamiento de Roma, a las que proporcionaba minerales y
aceite.
La zona estuvo poco romanizada, pero se potenció como en ningún otro lugar de
Hispania la creación y el mantenimiento de vías de comunicación con el fin de
favorecer la salida de sus productos.
Eran una etnia que estaba
en una zona intermedia e intermediaria entre varios pueblos o culturas
diferentes razas así turdetanos, bastetanos, contestanos, carpetanos,
vetones, lusitanos y celtas con los que transmitían elementos culturales
y étnicos. Han pervivido algunos
nombres de sus régulos o reyezuelos, como por ejemplo Orissón, único guerrero que consiguió derrotar a los cartagineses en
Heliké con una curiosa estratagema.
Si por una parte explican su temprana y
profunda iberización, por otra se celtizaron intensamente.
Así se explican algunas confusiones históricas
como: Que la ciudad de nombre céltico Miróbriga (cerca de Capilla, Badajoz) sea
considerada por Plinio el Viejo como túrdula y por Ptolomeo en una ocasión
turdetana y en otra oretana.
La confusión entre dos Mentesas limítrofes,
como son la Oretana y la Bastetana omitida y mencionada respectivamente por
Plinio y Ptolomeo, ambas con topónimo de dos pueblos distintos, pero ubicados
en la Oretania, lo que ofrece otra muestra más del complejo mosaico étnico de
estas zonas. Lo mismo se deduce de la referencia de Plinio a que los celtas de
la Beturia, que corresponde a las mismas tierras, procedían de celtíberos de
Lusitania.
También existe cierta confusión
con la ciudad de Laminium, calificada por Ptolomeo como carpetana cuando,
independientemente de dónde se la sitúe, debió ser oretana.
Ptolomeo célebre
matemático, vivió en tiempos del emperador Antonino Pío, en el siglo II d. C.;
nos ha legado unas famosas tablas geográficas de suma importancia en su
Geographiké-Hyphégesis (Indicatorio Geográfico).
Nos ofrece
una enumeración de localidades, con su longitud y su latitud calculada matemáticamente
en grados y minutos.
En su Libro
II, VI, sitúa al Mediodía de los celtíberos y de los carpetanos a los oretanos
y sus ciudades en número de 14 son: Salaria (Sabiote), a 9° 20" y a 40°,
Sisapone (La Bienvenida Almodóvar del Campo) a 10° y a 39° 55", Oretum
Germanorum (Granátula de Calatrava) a 9° 10" y a 39° 40", Aemiliana
(sin localizar) a 10° y a 39° 40", Mirobriga (Capilla, Badajoz), a 9°
30" y a 39° 30", Salica (La Solana), a 10° 40" y a 39° 25",
Livisosa (Lezuza, Albacete), a 11° 25" y a 39° 30", Castulo (Cazlona,
Linares), a 9° 30" y a 39°, Lupparía (sin identificar), a 9° 45" y a
39°, Mentesa Oretana (Villanueva de la Fuente), a 10° 25" y a 39°, Cervaría
(Vilches, Jaén), a 11° y a 39° 5", Biatia (Baeza, Jaén), a 10° y a 38°
45", Laccuris (Lacra, Jaén), a 10° 20" y a 38° 30".
Por último,
Plinio denomina a la ciudad epónima como Oretum Germanorum, lo que parece
confirmar la presencia de elementos célticos infiltrados por estas zonas en épocas
diversas aunque probablemente tardías, a través del pastoreo, la minería, el
empleo de mercenarios y, finalmente, como clase dominante.
A partir de esta situación se
podría decir que existían dos Oretanias: Una, al sur de Sierra Morena, de etnia
íbera pura, con capital en Cástulo.
Otra, al norte, con
más influencia de los Oretanos Germanos (Oretani Germani), de influencia céltica.
La parte
suroriental, esencial para las relaciones entre el Guadalquivir y el Levante
por ser el paso de la vía de Hércules, ofrece intensas relaciones con el
Sureste ya desde el Bronce final; culturalmente se relaciona con los
contestanos, aunque serían bastetanos según la interpretación de Ptolomeo,
ofreciendo, en consecuencia, parecida evolución histórico-cultural.
Toda la parte meridional
y central, desde Sierra Morena hasta la cuenca del Guadiana, corresponde a los
oretanos, que deben considerarse ibéricos por su sustrato, sus características
culturales e, incluso, por lo poco que sabemos, por su lengua.
Estas gentes,
originarias de Sierra Morena y el borde de la Meseta, controlaban el desarrollo
por influjo turdetano, con grandes centros de más de 10 ha. como Sisapo
(Bienservida), Alarcos o el Cerro de las Cabezas (Valdepeñas, Ciudad Real), que
controlaban amplios territorios y las vías de comunicación y que, al menos en época
tardía, pudieron estar bajo el dominio de un único soberano, lo que explicaría
el matrimonio de Aníbal con la princesa oretana Himilce.
La intensa
iberización de los oretanos se produce ya en época orientalizante, a juzgar por
sus cerámicas. Sus santuarios son los más ricos del mundo ibérico. Sierra
Morena, más que una frontera, era una línea montañosa de encuentro que unía
ambas etnias gracias a la existencia de numerosos santuarios en sus
proximidades que obligaban a peregrinar a la zona. Las fuentes clásicas ya
diferenciaban dos Oretanias: Plinio el Viejo citaba: Oretani qui et Germani
cognominantur .
Polibio
también distinguía entre estas dos Oretanias, haciendo referencia a unos
oretanos ibéricos al sur de Sierra Morena. Ptolomeo asimismo lo mencionaba
hablando de una Oretania Germánica al norte (2,6,58). Igualmente cabe destacar
que estos mismos autores clásicos han incluido el territorio que comprendería
la Oretania dentro de los pueblos celtíberos, por ejemplo en este pasaje de
Estrabón 3, 2.11:
Pasando
la Idubeda se llega en seguida a la Celtiberia, que es grande y desigual,
siendo su mayor parte áspera y bañada por ríos, ya que por esta región va el
Anas
Posidonio hacía
igualmente referencia a que el río Anas y el Tagus (Tajo) discurrían por
Celtiberia:
Los Pirineos
separarían Galia de Iberia y Celtiberia, región por la que discurren el Anas y
el Tagus (5, 35).
Aquí también se
incluiría a los carpetanos como un pueblo celtíbero.
El
historiador Gregorio Carrasco añade incluso que los Oretanos podrían ser una
parte importante de Celtiberia, puesto que en la ya famosa cita de Plinio el
Viejo hay algunos elementos que tendrían que estudiarse más a fondo: Oretanos a
los que se apoda Germanos, cabeza de Celtiberia.
El territorio de
esta Oretania Germánica sería el comprendido al norte de Sierra Morena, en las
provincias de Ciudad Real, noreste de Badajoz y oeste de Albacete; en cambio,
la íbera quedaría al sur de Sierra Morena.
Los oretanos (orissos en griego) vencieron al cartaginés Amílcar
aproximadamente en el año 230 a. C., cuando estaba sitiando Heliké
(ciudad de ubicación desconocida; se baraja la hipótesis de Elche de la Sierra
entre otras). Himilce, hija del régulo oretano de Castulo, se casó con Aníbal
para sellar un pacto entre oretanos y púnicos, en el contexto del tratado del
Ebro entre romanos y púnicos.
Resumiremos
diciendo que aquí en esta zona convivían dos etnias oretanas una de carácter
germánico (llamémosle Celtas) y otra de gentes prácticamente íberas, por
llamarlas de algún modo.
Hay autores que
dicen que eran íberos con probables raíces indoeuropeas.
La economía básica
de éste pueblo prerromano, al igual que en el resto del ámbito ibérico, se
constituía por la agricultura y la ganadería. Dentro de la producción agraria,
serían los cultivos cerealísticos por un lado, y los cultivos arbustivos por
otro concretamente vid y olivo, los más característicos.
Por lo que respecta
a la ganadería, la riqueza vacuna y caballar debía tener gran importancia.
Asimismo la cría de ganado ovino y caprino estuvo muy desarrollada manteniéndose
en épocas posteriores. Como complemento de la ganadería, la práctica de la caza
debió estar muy generalizada, en relación sobre todo a cérvidos y conejos.
A estas
actividades económicas, habrá que añadir la explotación de los recursos
mineros, muy abundantes en toda la región oretana.
Las minas de
cinabrio de Sisapo (en torno a Almadén), que tanta importancia tendrían
posteriormente según los textos clásicos, debieron ser conocidas con
anterioridad.
Aunque, los niveles
de explotación alcanzados en los yacimientos mineros oretanos en época
prerromana, debieron ser muy limitados.
En estrecha
relación con la actividad minera, está la artesanía del metal, constatada a
través de la gran cantidad de exvotos hallados, así como a través de los
diversos tesorillos como el de Torre de Juan Abad integrado por una serie de
piezas realizadas todas ellas en plata.
Desde un
punto de vista religioso, los cultos más representativos suelen presentar un
carácter agrario y naturalista, en donde además el proceso de sacralización de
las fuerzas de la naturaleza, y de determinados animales fantásticos o reales,
jugaría un papel importante.
En Alarcos han
aparecido estelas con figuras zoomorfas y existía un arte de gran calidad al
servicio de las elites refinadas y poderosas, como lo indican las cerámicas,
los bronces y los mismos tesoros argénteos, tan frecuentes en la zona de Sierra
Morena. Y en Castellar (Jaén), han sido hallados en el importante santuario de
la Cueva de la Lobera más de 3000 exvotos ibéricos.
Se emitían monedas de plata en algunas poblaciones de la Oretania, creyéndose
que los cartagineses emitieron en algunas ciudades.
La escasez de monedas
o cecas de emisión en estos pueblos, no nos permite conocer de una forma
determinada muchas de sus costumbres.
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