Se conoce
como periodo orientalizante a la
etapa que vivieron las distintas regiones de Hispania desde finales del siglo VIII a. C.
y durante el siglo VII a. C.
El
período Orientalizante fue el resultado del influjo cultural transmitido
fundamentalmente por las colonias fenicias, que divulgó por muy diversos
ambientes la «Koine» cultural formada por las más altas culturas del
Mediterráneo
Oriental. Se caracteriza por la expansión de los elementos traídos por los
colonos fenicios que se introducen en la cultura local.
El nombre de dicho período proviene de la influencia que pueblos
más orientales —como Fenicia, Grecia y Asiria en su etapa final—, que muestran
los nuevos materiales (tejidos, marfiles), manufacturas y técnicas artísticas
griegas durante este periodo.
A raíz de los hallazgos u objetos encontrados vemos que la
intensa iberización de los oretanos se produce ya en época orientalizante.
El periodo orientalizante puso las bases de
una sociedad urbana que se daría plenamente en Oretanía a partir del siglo V
a.C. y con más fuerza en el siglo IV a.C., produciéndose un desarrollo
importante demográfico, cultural y económico.
El carácter orientalizante en la Oretanía viene reflejado en que
los fenicios y griegos que explotaban
las minas de Almadén para sacar el cinabrio, por tanto, es lógico que trajesen
con ellos su cultura y también sus utensilios, baratijas o bienes muebles.
La influencia cultural orientalizante se produjo a lo largo del
sigo VI a.C., influjo que tuvo especial impacto en la ciudad de Cástulo.
En la
artesanía del metal es importante resaltar los miles de exvotos que han
aparecido en los santuarios ibéricos, así como toda una serie de bronces de
influencia orientalizante, sobre todo en la zona del Sudeste, que son similares
a los bronces tartésicos.
La influencia tartésica cesó a finales del siglo VI a.C., sin
embargo, a pesar de ello, las ciudades oretanas alcanzaron un gran desarrollo
durante el siglo V a.C. La base de la economía de los oretanos sería la
ganadería.
La agricultura se desarrollaría paralelamente al proceso de
iberización, lo que supuso una reorganización del territorio.
La minería se desarrollaba en torno a los distritos de Cástulo
y Sisapo. Los metales extraídos atrajeron la atención de los comerciantes
fenicios y griegos.
En el siglo VI a.C. se asentaron fenicios en la localidad de
Cástulo. El aumento de la riqueza y la necesidad de asegurar las rutas
comerciales produjo el nacimiento de una jerarquización de la sociedad y el
nacimiento de un poder centralizado.
La existencia de esta aristocracia quedaría reflejada en las
necrópolis, en las que se realizaba una cierta heroización del difunto. La
mayoría de los enterramientos serían de incineración. En Cástulo había grandes
túmulos cuadrados decorados con mosaicos y adornados con esculturas, que
representarían a miembros de la nobleza local.
El florecimiento económico durante los siglos V y IV a.C. hizo
que la influencia cultural oretana se extendiese hacia la Meseta, La Mancha y a
partes de la Bastetania y la Turdetania. A lo largo del siglo III a.C. la
influencia de la cultura material de los oretanos se extendió hacia el reborde
de la Meseta y La Mancha, como demostrarían los talleres artesanales
encontrados en Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla) y El Amarejo (Albacete).
En este mismo siglo se produjo una profunda asimilación de la
cultura púnica.
A la llegada de Amílcar Barca existirían verdaderos basileus o
reyezuelos, el más importante de los cuales era Orisón, quien mandaba sobre
doce polis.
Para estrechar sus relaciones con los oretanos Aníbal contrajo
matrimonio con una princesa oretana. Tras la sumisión de Orisón a Asdrúbal
quedó pacificada toda la Oretania. La producción minera se aumentó con el
control directo de los cartagineses y posteriormente con los romanos. Una de
las minas, al denominada Baebelo, proporcionaba a Aníbal un total de 300 libras
de plata diarias.
Los lazos establecidos por Aníbal con los oretanos hizo que
ciudades como Cástulo e Iliturgis permanecieran fieles a Cartago durante la
Segunda Guerra Púnica.
Por su situación geográfica y ser una zona de paso de gentes es
posible que los orientales tanto griegos, fenicios y otros pueblos se asentasen
y fundasen colonias o transportasen todos sus objetos como producto de
intercambio por sus riquezas minerales.
La totalidad de las importaciones fenicias de lujo, así como
todos los elementos orientales considerados como bienes de prestigio, son
absorbidos por un grupo restringido de la sociedad oretana, gracias a haber asumido el control de los recursos
naturales del territorio.
Los griegos –focenses, samios, rodios y
eginotas, sobre todo- , a su vez, siguieron las rutas comerciales trazadas por
los fenicios cuando se adueñaron del comercio marítimo y de sus colonias, y
crearon nuevas factorías por toda la costa mediterránea adentrándose hacia la
meseta por las vías fluviales y valles y vinieron a completar el mapa colonial,
hasta que hagan presencia los púnicos
Se halló una sortija de plata con un grifo
alado en el Cerro de las Cabezas y como sabemos el grifo es de filiación
oriental de carácter fenicio.
En numerosos yacimientos de la Oretania
hay algunos exvotos de la imagen del dios guerrero Reshef, Señor del Rayo, realizados
en bronce con la técnica de la cera perdida, de origen fenicio, son en su mayoría representaciones de formas
humanas, generalmente figuras masculinas desnudas que resaltan a las claras sus
atributos sexuales. El Castigador, traído por los fenicios desde Egipto
y con gran predicamento entre los cananeos ya desde el siglo XVIII a.C.
La riqueza minera de
la zona, estimuló el comercio con los fenicios los griegos y los cartagineses.
Hay fragmentos de cerámica de engobe rojo,
de tradición fenicia. También se encuentran fragmentos de cerámicas de copas áticas de barniz
negro.
Se podría pensar que estas piezas estuvieron
hechas en talleres de artesanos locales.
El culto al lobo en el mundo ibero que
esta relacionado con el Anubis Egipcio guardian del mas alla al que se le llamo
"el dios de los occidentales" en los jeroglificos Egipcios.
En la cámara sepulcral de Toya vemos que los elementos
arquitectónicos la relacionan con Grecia,
Asia Menor, Egipto y en especial con las culturas etrusca y fenicia.
En esta cámara sepulcral se refleja una crátera
griega, importada de la Italia Meridional con figuras rojas sobre fondo negro
que representa al dios del vino, Baco, desnudo, al que dos genios alados van a
imponer un collar, y varios vasos y platos de estilo igualmente griego.
J. CABRE deduce que la cámara de Toya corresponde a una tribu
hispano-andaluza del siglo V a II a.C., que vivía bajo el dominio económico de
los cartagineses, explicándose así sus admirable síntesis de elementos
culturales mediterráneos.
Una Artemis
de carácter griego acompañada de
ciervos se ve representada en una de las esculturas de Obulco.
Los fenicios introdujeron en Occidente una
serie de animales fantásticos que gozaron de gran aceptación entre los íberos,
que probablemente recibieron culto o fueron grabados como amuletos como la
esfinge de los Villares de Andujar, o los grifos procedentes de varios
yacimientos.
Los leones o ciervos guardadores de las
tumbas en diferentes sitios hallados nos expresan una clara procedencia
oriental de dichos animales.
De influencia Rodia o
Hitita son varias joyas y tesorillos encontrados en diversos puntos de la
Oretanía, de carácter orientalizante son los braserillos encontrados en el Santuario de esta Despeñaperros.
Ya fuesen objetos de importación o de fabricación
local, se puede decir que la Oretanía estuvo inmersa también en el mundo
orientalizante.
En el Cerro de la Bienvenida se han
producido importantes hallazgos que nos demuestran la inserción de la localidad
en la cultura y economía de los Tartesos a finales del siglo VIII a. C.
Las minas del Hinterland de Cástulo tenían
más importancia que las de Huelva, de ahí, que estuviese transitado por pueblos
de carácter oriental.
En cuanto a la religión vemos que adquieren
diversos dioses de carácter fenicio,
así, en Castulo se hallo una Astarte entre Caballos, con un peinado de Hator y
orejas de vaca.
Un texto hallado en Ugarit menciona los
caballos de la diosa fenicia Astarte.
En Puente Tablas se ha encontrado un peine
de marfil decorado de carácter fenicio.
Esto
demuestra una vinculación fenicia de la
diosa de los caballos, en el Alto Guadalquivir o en la región oretana.
La numerosa presencia de materiales griegos, fenicios y
de otros objetos exóticos en estos poblados del alto Guadiana refleja la
importancia del comercio en este momento que, sin duda, se vio favorecido por
su posición estratégica.
La presencia temprana de los
yacimientos oretanos pone de manifiesto que la mayoría de ellos recibieron influencias griegas desde los
primeros momentos de la iberización
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